Aunque en ella no vivió ningún personaje ilustre y tampoco encierra grandes historias es una casa llena de encanto.
La parte más antigua es la zona inferior de la casa y las antiguas cuadras, en las que hoy se ubica el bar del hotel. Estas zonas tienen más de 200 años de antigüedad.
Es probable que esta primera construcción fuera una pequeña casa tradicional de planta rectangular y tejado a dos aguas. Además de contar con aljibe, granero, cuadras y corrales.
Aunque sigue manteniendo características propias del entorno rural, el paso de los años y las transformaciones de los siglos XIX y XX le aportan ese aire urbano y burgués que la caracteriza.
Destacando, la galería interior que da al patio, los suelos hidráulicos originales de gran calidad, además de la conservación de los techos originales en todas las estancias y detalles tan pintorescos como el de la destiladera de piedra.
Pero sin duda la joya del hotel es el patio exterior. El punto común de todas las áreas del hotel.
El lugar ideal para disfrutar de una copa de vino, de la mejor gastronomía o de un buen libro.